29 jul 2011

¡Papá!



¡Papá!

De mi padre Manuel tengo muy malos recuerdos. Tarambana, mujeriego (“soy un hombre fiel con cada una de mis mujeres” – decía), un día salió a sembrar más hijos por el mundo, dejando a mi madre con tres criaturas y sólo pudo subsistir con la ayuda de mis abuelos. Ahora es diferente, mi hermano Manuel, el mayor, consiguió un buen trabajo y con su ayuda  mi otro hermano estaba por recibirse de médico y yo estudiaba en la Escuela Militar de Chorrillos. Mi padre hace tres años que no se aparecía por casa.
Gonzalo era mi cuate. Compañero de clase en el Colegio Militar, éramos inseparables los fines de semanas hasta que consiguió una enamorada “firme”. Los cadetes éramos irresistibles.  Ese fin de semana, a insistencia suya lo acompañé a ver a su gila: le había dicho que su papá le dio permiso para salir con él solo si la acompañaba Martha, su mejor amiga y yo era el “cuarto obligado”. Al principio me negué ante el peligro de que me presentaran a una “mostrita”, pero era mi “pata” y no le podía fallar así que acepté.
Marthita era una belleza. Sobre el pucho nos hicimos amigos. Los cuatro, dos a dos, fuimos a comer helados y luego al cine. Está demás el decir que hicimos parejas: cada “cuál con su cada cuala”. Fuimos a la vermut, ni me acuerdo qué película vimos (¿vimos?). Después del cine era obligado llevarlas a “La Pera del Amor”, un parque de Magdalena con frente al mar, paraíso de los enamorados. Allí nos separamos de Gonzalo y su enamorada.
Buscamos un lugar apartado y comenzamos a practicar nuestro recién inaugurado “enamoramiento”. Marthita era algo muy especial: dulce, tierna, pero ardiente. En lo más interesante de nuestro intercambio de besos y caricias, de repente, un individuo se plantó bruscamente frente a nosotros, que volteamos sorprendidos a mirarlo.


-         ¡Papá! – exclamamos simultáneamente Marthita y yo. Luego nos miramos los tres. Los tres con la boca abierta por la sorpresa.
La cogí de la mano y la llevé lejos corriendo, riendo los dos a carcajadas. Agitados nos sentamos en el pasto y nos besamos suavemente, con cariño, sin pasión.
-         Hola hermanita.
- -        Hola hermanito, te quiero...


-o0*0o-

No hay comentarios:

Publicar un comentario