14 jul 2011

El Huayco

El Huayco

- No te desesperes, te voy a salvar.
- ¡Noooo…! ¡Déjame morir!
  Seguí excavando con mi pala a sus costados. El hombre había sido enterrado por el huayco, una avalancha de lodo y piedras. Solo sobresalía su cabeza.
- ¡Vete! ¡Déjame solo!
      Parecía desesperado. Seguí cavando y él seguía gritando.
- Ya falta poco, intenta sacar las manos.
- ¡Nunca, Nunca! ¿Es que no entiendes? ¡Nunca voy a soltar a mis pequeños!
      Sus hijos estaban enterrados con él, agarrados a sus manos. Me senté y lloré con él. Por fin vino una ola de barro y lo cubrió.

-o0*0o-

No hay comentarios:

Publicar un comentario